viernes, 4 de marzo de 2011

Sentados en el bordillo con...Hugo Rodrigo

Hugo Rodrigo, en un autorretrato

El cazador cazado. El fotógrafo de calle que se coloca delante de la cámara, y no detrás. A Hugo Rodrigo su afición por la fotografía le llevó a ser retratado por uno de los artistas más polémicos del mundo: Spencer Tunick.

En 2003, Tunick viajó a Barcelona para llevar a cabo una de sus “instalaciones”, que es como llama a sus famosas imágenes en las que un amplio número de personas posan desnudas en las calles de grandes ciudades. En aquella ocasión, trataba de realizar una de las fotografías más multitudinarias realizadas hasta la fecha: en ella aparecen nada menos que 7000 personas.

Hugo Rodrigo estaba entre esos 7000. Como estudiante de fotografía, le atraía la obra de Spencer Tunick. Pero, una vez formó parte de ella, lo realmente importante fue la experiencia vivida.

P. ¿Por qué te decidiste a participar en la instalación de Spencer Tunick en Barcelona?

R. Principalmente, por el fotógrafo. He estudiado fotografía, soy aficionado y me interesaban especialmente los retratos de desnudos. Buscando por Internet, encontré las fotos de Spencer Tunick y me apunté como voluntario en su página web, para participar en alguna de sus imágenes si venía a la ciudad. Además, aparecer en la fotografía me parecía algo casi histórico, porque entonces iba a ser la más multitudinaria.

P. ¿Qué significado crees que tiene la obra de Spencer Tunick?

R. Creo que consigue extraer la belleza del cuerpo humano. Independientemente de la concepción de belleza que tenga cada uno, el cuerpo humano es perfecto tal y como es, y eso es lo que se pretende reflejar. También se transmite una sensación de igualdad, de que en el fondo no hay diferencias entre las personas porque el cuerpo es el mismo en todos.

P. ¿Crees que dentro de esa igualdad aparece la idea de homogeneidad, de que todos formamos parte de una masa sin diferencias?

R. Yo creo que las multitudes de gente de las fotos tienen un valor más estético, no implican esa pérdida de individualidad. No representan una masa con un sentido como de borregos, no se habla de la uniformidad. Se trata más bien de que el cuerpo no sea un elemento diferenciador. Que lo que nos distinga no sea nuestro cuerpo o la ropa que vestimos, sino nuestra forma de ser.

P. ¿Existía un perfil común entre las personas que participaban en la ‘instalación’?

R. Precisamente lo que me sorprendió fue que hubiese tanta diversidad. Había gente muy mayor, pero también muy joven; incluso había madres con sus bebés, o personas discapacitadas. Había algunos grupos nudistas que venían atraídos por la idea del desnudo, y de hecho habían ido desnudos hasta el lugar. Luego había otro grupo que éramos los que veníamos por el fotógrafo.

P. ¿Qué sensaciones tuviste mientras posabas desnudo con toda aquella gente? ¿Te sentiste incómodo?

R. Bueno, los primeros diez segundos son los más vergonzosos de toda tu vida. Luego, todo es muy natural, y te encuentras hablando con la gente como si estuvieras vestido. Yo fui sólo, no conocía a nadie, pero cuando todos están desnudos tienes la sensación de que todo el mundo está a la misma altura. Es algo muy relajante. Es como quitarse de encima muchas cargas, muchos complejos que puedas tener, y simplemente perder tabúes y prejuicios.

P. ¿Sientes que has participado en una obra de arte?

R. Sí, me siento integrante de una obra artística. Tengo la fotografía en la habitación, y siento cierto orgullo por haber formado parte.

P. ¿Y qué le dirías a toda esa gente que considera que la fotografía de Spencer Tunick no es arte, sino sólo provocación?

R. Creo que eso lo dicen por prejuicios. Es absurdo pensar que una fotografía, por el hecho de retratar desnudos, es menos artística que otra. Las imágenes no son sólo provocación: se busca la belleza de los cuerpos. Y, de todos modos, aunque a alguien no le guste una pieza artística, no tiene por qué dejar de considerarla como arte.

P. Tal vez las críticas vengan porque las fotografías se toman en espacios urbanos muy transitados…

R. Hay que señalar que en el caso de Barcelona el ayuntamiento dio muchas facilidades: acotando la zona, prestando espacios que sirvieran como vestuario para la gente que posaba… Claro que también les interesaba. El hecho de que Spencer Tunick hubiese elegido Barcelona para tomar sus fotografías daba mucha publicidad a la ciudad. Además, ofrecía una imagen cosmopolita, frente a otros lugares como Nueva York, donde han detenido a varios modelos de las fotos de Tunick por escándalo público. Aunque tomar fotos en ese tipo de lugares tiene mucho más mérito.

P. ¿Qué fue lo mejor y lo peor de tu experiencia?

R. Lo mejor fue perder la vergüenza estando desnudo, tener esa sensación, extraña pero muy liberadora, de dejar atrás los complejos. Es una sensación que se queda contigo. Lo peor…el frío que pasamos. La foto se tomó al amanecer, por lo que estábamos desnudos desde la madrugada y hacía bastante frío. Además, al día siguiente era laborable y yo entré a trabajar a las diez, sin haber dormido, pero muy satisfecho.

P. ¿Recuerdas alguna anécdota que te ocurriese mientras posabas?

R. Me acuerdo de una bastante curiosa. Las fotos se sacaron en Montjuic, y alrededor de donde estábamos había varios edificios para congresos, ferias, exposiciones, etc. En el tejado de uno de los edificios estaba la prensa, sacando fotos y grabando. De pronto, los que estábamos abajo posando empezamos a gritarles a los periodistas: “¡No nos mires, únete!”. Y lo curioso fue que muchos de ellos se desnudaron e hicieron su trabajo desnudos. De hecho, había mucha gente que pasaba por allí y se unía espontáneamente.

P. ¿Por qué crees que de repente les atraía la idea de desnudarse para la foto?

R. Porque es una oportunidad para deshacerse de tabúes, para liberarse del peso de la imagen que llevamos encima y que usamos para ‘protegernos’. Es como un desahogo, como cuando te sinceras con un amigo y le cuentas todo. Aunque no lo queramos, nuestra ropa alude a nuestra clase social, a una determinada tribu urbana, e incluso a una ideología. Al estar todos desnudos, nadie te juzga, y no tienes ni idea de cómo es una persona hasta que te acercas a hablar con ella.

6 comentarios:

  1. Tipo majo este Hugo, no? :D

    Buena entrevista ;)

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  2. Guau...
    Muy interesante entrevista :)

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  3. Qué pena que artistas como Tunick no se dejen caer por Alicante... Aquí la gente pasaría menos frío cuando se desnudara :P

    Buena entrevista!

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  4. Qué interesante... siempre me había preguntado cómo sería algo así, y ver que te lo cuenta alguien tan cercano... ¡jajaja!

    Buen trabajo, chicos ;)

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  5. Madre mía, está genial la entrevista. Ya sabemos algo más de nuestro compañero Hugo. La verdad que tiene que ser una liberación... pero hay que ser valiente también para hacerlo!

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  6. Muy buena entrevista. Seguró que el café de máquina acompañó para que saliera tan bien :P

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