sábado, 28 de mayo de 2011

Sentados en el bordillo con...Merche Muela


Merche Muela, autora del blog "El Artefacto Urbano",
en el exterior de la biblioteca general
de la Universidad de Alicante
(mayo 2011)


Visionarios, agitadores, activadores, emprendedores, innovadores, transgresores, experimentales, alternativos... Detrás de estas manidas etiquetas se presentan a menudo los más variados tipos de artistas urbanos, desde escultores hasta performers. En muchos casos, estos títulos no sirven más que para disfrazar un exagerado esnobismo, unas ganas de ser diferentes y originales, pero perdiendo de vista al público, que debería ser siempre el destinatario.

A Merche Muela (Alicante, 1992) no se le percibe ningún interés por encajar en cualquiera de estas categorías. Trabaja en sus proyectos con sencillez y paciencia. No pretende verse como una artista. Busca, sobre todo, que el público participe y sea cómplice de sus propuestas, que reflexione y reaccione ante ellas.

Su idea es sencilla: repartir unos cuantos cubos de cartón, hechos a mano, en diferentes lugares de la ciudad. En cada cubo, habrá unas instrucciones para que, quien los encuentre, sepa que está participando en una acción y que se espera de él una respuesta. El mensaje del cubo incita a quien lo lee a reflexionar sobre su entorno, a pensar cómo podría mejorarse, y a dar a conocer sus propuestas. Se crea así una red de acción-reacción que permite que los participantes aporten ideas de una forma anónima y creativa.

Las primeras reacciones fueron toda una sorpresa para Merche. “No me esperaba que la gente fuera a encontrar los cubos y a molestarse en responder”. Pero había personas que tropezaban con ellos y que decidían contestar, enviando una fotografía de sus respuestas. Normalmente, se trataba de mensajes autoadhesivos pegados en paredes, muros y fachadas: “Esto me importa”, “Esto es para concienciart” o “Está todo manga por hombro”. Pequeños fogonazos en la conciencia de los transeúntes, quizá cansados o hartos del paisaje urbano, y plateándose por una vez cómo modificarlo.

La propia autora reconoce que todo comenzó como parte de un proyecto de la carrera de Arquitectura: el taller de Acupuntura Urbana. El concepto de ‘acupuntura urbana’ consiste, a grandes rasgos, en intervenir en un pequeño punto de una ciudad para intentar rehabilitarlo, mejorarlo, devolverlo a la vida. Algo similar al efecto de clavar una aguja de acupuntura en un miembro enfermo, para tratar de que se restablezca allí el flujo de energía.

Merche aprendió bien la lección y supo sacarle partido en una ciudad en la que, según opina, no hay demasiado reconocimiento para el arte urbano, no existe la misma cultura que en otras ciudades. Pero ella revela ansias por aprender y una mente abierta a conocer lo nuevo. "Hasta que comencé la carrera, no me había interesado nunca por el arte urbano, y no pensaba que me fuera a gustar tanto", confiesa.

El tema le atrajo y fue investigando. Así descubrió a Invader, conocido por sus mosaicos de ‘marcianitos’ en las calles de París y de medio mundo, y decidió hacerle una especie de homenaje en Alicante. Para situar sus figuras, Merche escogió las paredes del Barrio, el casco antiguo, una zona que le gustaría ver rehabilitada y convertida en “algo similar al barrio de Malasaña en Madrid”. Afirma que es su parte favorita de Alicante, y que tiene “mucho encanto y muchas posibilidades”.

Tal vez se trate de potenciar la vida diurna en El Barrio. O quizás sea cuestión de abrir sus espacios a los artistas urbanos. A gente como Merche, con ganas, ilusión e ideas propias. A ver si así se reactivan de una vez las zonas más tradicionales de Alicante. A ver si así los ciudadanos aprenden a valorar lo que tienen, y se replantean cómo podrían aprovechar y cuidar mejor su espacio. Y puede que unos mensajes, encerrados en unos cubos y lanzados a las aceras, ayuden a salvar a muchos lugares del naufragio.


PUEDES ENCONTRAR LOS CUBOS DE MERCHE EN:
-Las Manolitas
-La Decoradora
(ambos en la calle Canalejas de Alicante)

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